EN EL MÁS ALLÁ



 

Un cuchillo oxidado cayó clavado sobre el escenario de madera del Más Allá. Los miembros de Agresión Extrema solo atinaron a seguir tocando mientras intercambiaban miradas de asombro. La gente se empujaba en el pogo y agitaba la cabeza con frenesí como si nada hubiera pasado.
Francisco terminó de vociferar Sabes, la mierda que eres y se miró con el ‘Robot’ y con el ‘Ratón’ buscando una explicación. Tras unos segundos de silencio y acoples de guitarra decidieron continuar con su presentación.
Francisco tomó el micrófono y gritó con fuerza: “Está canción habla de nuestro pueblo….”
-¡Calla pituco de mierda! se dejó escuchar en el local barranquino.
-¡Calla concha tu madre! A ver, dímelo en mi cara…, espetó Francisco mientras la sangre se le subía al rostro evidenciando su fastidio.
Su rubicunda cabellera, que viviera en San Isidro y su ascendencia italiana le caían mal a más de uno en la horda metalera.
Francisco masculló entre dientes… ¡Que mierda! y gritó: ¡¡¡Esto es Injusta Opresiooooooooonnnn!!!

Injusta Opresión que enriquece a unos cuantos
Injusta Opresión que no tiene cuando acabar
Hasta un grito rebelde escuchaaaaaaar!!!

En medio de la canción, apareció entre los mutantes un pequeño engendro llamado Juanito. Llevaba tatuada una cruz invertida en la frente que se había hecho con un cuchillo. Estaba en la primera fila y le hacia reverencias a la banda como si se tratara de un ferviente seguidor.
De pronto, el demonio se colgó de una de las vigas de madera del techo que quedaba justo al frente del sencillo escenario. El mutante fue balanceándose e intentó patear a Francisco en el rostro. Felizmente para el vocalista de AE, Juanito falló e inmediatamente se descolgó, como si nada hubiera pasado.
Poseído por miles de espíritus inmundos, Juanito continuó moviéndose al ritmo de la música y al terminar el tema, con total desparpajo, le dio la mano a Francisco, que solo atinó a lanzarle una media sonrisa, como diciéndole: “sí, concha tú madre”. 
Tras 40 minutos de Agresión Extrema, la garganta de Francisco ya no daba más. Estaba casi sin voz y un poco de sangre emanó de sus cuerdas vocales. El vocalista de AE la saboreó con cierta preocupación y bajó exhausto y sudoroso de la pequeña tarima. Junto con ‘El Robot’ repartieron la biografía de la banda y luego, con el resto de la banda, se fueron cargando un par de amplificadores a la casa del bajista.

Ring, ring, ring.
-¿Aló?
-¿Habla Xavier de Agresión Extrema?
-Sí, ¿quién es?
-Terruco de mierda, te vamos a matar, deja de cantar huevadas…clac, la bocina del teléfono fue colgada violentamente.
Por enésima vez en esa semana llamaban a la casa de ‘El Robot’ para insultarlo y amenazarlo. Los flyers, que repartían en los conciertos con la biografía y las letras de la banda, tenían su número de teléfono como contacto y las llamadas no se hicieron esperar.
Las líricas de la banda inspiradas en obras de Gonzalez Prada, Mariátegui y Arguedas caían como un puñetazo en la cara o una patada en los huevos a varios metaleros.
Temas como Horas de lucha, Injusta Opresión, Agresión Extrema, Piraña, Resistiendo, 26830 (más que una pasión) distaban mucho de los infiernos, diablos y oscuridad que vociferaban otras bandas en inglés.
Los Agresión eran hijos de los 80s y no podían darle la espalda a la realidad. Crecieron en medio de coches bomba, apagones, colas, miseria, hiperinflación, terrorismo…una época oscura que los había marcado y que era la principal fuente de inspiración para su música.
Al escapismo habituado en la “escena” metal, AE trataba de inyectarle realismo, conciencia social y confrontación. Y eso les jodía a algunos…

Comentarios

  1. Excelente, articulo Franco, muy descriptivo de la epoca.

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  2. puta m.... y nadie más comentó esto excelente relato muy actual para ese momento

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