tag:blogger.com,1999:blog-63069220877716415052024-03-05T00:56:16.254-08:00demonios internosFranco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.comBlogger12125tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-6624636548138682372023-05-23T09:16:00.001-07:002023-05-23T09:18:43.910-07:00El gringo loco<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibwtdRfmyQLyxsb0fRmmqg1m2vYdJsAdT3ibFxFczl4RgHYamtJMfyq0ekaKXxWJIqEbn4REbjbDR57o9Q17zpWYJGBd9NgNJBDMOZCLA1gauJRfk9W_xbc2Ew-pn37vPQ1Ya4wpCSsY4WoHeWZ7jGLROXKVgF8f3oqA8LcoC1FHnQitetygCP0OXr/s608/Chino%20Loco.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="260" data-original-width="608" height="137" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibwtdRfmyQLyxsb0fRmmqg1m2vYdJsAdT3ibFxFczl4RgHYamtJMfyq0ekaKXxWJIqEbn4REbjbDR57o9Q17zpWYJGBd9NgNJBDMOZCLA1gauJRfk9W_xbc2Ew-pn37vPQ1Ya4wpCSsY4WoHeWZ7jGLROXKVgF8f3oqA8LcoC1FHnQitetygCP0OXr/s320/Chino%20Loco.JPG" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">2007. La música lo había llevado al
periodismo. Mejor dicho, el heavy metal y su afán por difundir a los exponentes
locales lo condujo a estudiar la más noble y vil de las profesiones 16 años
atrás. Por eso, la obsesión por obtener la primicia o caer en el facilismo del
sensacionalismo nunca lo sedujeron. Nunca fue un sabueso de la noticia ni un
empedernido hombre de prensa. Más bien, descubrió, con el paso del tiempo, que
lo suyo era contar historias, expurgar sus demonios internos y tirar un cable a
tierra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Francisco había pasado por algunas
redacciones de “prestigiosos” diarios y ahora se encontraba en el “nuevo
producto” de la más importante casa editorial del país. Luego de pasar por la
sección deportiva, recaló en la de Internacionales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">La mañana del 16 de abril el mundo
amaneció conmocionado. Una nueva matanza en un centro de estudios golpeaba por
enésima vez Estados Unidos. El trágico saldo: 33 muertos y 29 heridos. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La redacción del diario estaba alborotada
tratando de conseguir los últimos detalles e imágenes del asesino que
finalmente resultó ser un estudiante surcoreano de 23 años.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Tras la reunión de editores de la
mañana, la masacre de Virginia Tech sería la portada del diario al día
siguiente. En medio de toda la vorágine por la cobertura periodística, el área
de diseño se inspiró y tuvo tiempo para hacer de las suyas y disparar nuevamente
su clásico y esperado montaje (no existían los memes en ese entonces).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Con las primeras imágenes, donde el
protagonista de la masacre se lucía con armas en ambas manos, pusieron el
rostro de Francisco con el titular: Gringo Loco desató la masacre en…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Por su timidez, carácter irascible, look
desaliñado-metalero y reacciones impredecibles, Francisco había sido bautizado
por su buen amigo Chucky como el Gringo Loco, aunque la burla gráfica la había
hecho el popular Ñangón, también conocido como Alf, el típico huele pedo,
lambiscón del jefe que siempre hay en toda empresa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Chucky imprimió la imagen y luego la
pasó por email a un grupo de redactores y editores que empezaron a reír al
recibir el correo electrónico ante las miradas sorprendidas de los que no lo tenían
en su bandeja de entrada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Francisco al ver la imagen también se
sonrió y no tuvo mejor idea que dar una respuesta muy a su estilo pero inesperada
a todos los correos incluidos:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">“Gracias Chucky. Los primeros en
morir serán los jefes”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">El email corrió como reguero de pólvora
y Francisco no se percató que entre los correos estaban incluidos el Grinch,
jefe de informaciones, y Pepe Temor, el jefe de investigación, el cual parece
que entró en pánico y reenvió el correo a la editora de cierre, quien no dudó
en llamar de inmediato a Francisco y a Chucky a su oficina.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Al mejor estilo de una mamá que
resondra a sus hijos por haber cometido una gran travesura, la editora les dio
un sermón de padre y señor mío a ambos y finalizo diciendo que no los mandaba a
recursos humanos para que los sancionaran porque consideraba que debía darles
una segunda oportunidad, siempre y cuando se disculparan.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Francisco entendió la situación y
ofreció las disculpas del caso para no entrar en una discusión que podía ser
contraproducente para su estabilidad laboral. Chucky, en cambio, orgulloso él y
sintiéndose libre de culpa, no pidió perdón. Argumentó que había sido una broma
a un círculo cerrado de amigos y que no había cometido falta alguna. Con ello,
la editora y él no se volvieron a hablar durante un año. Chucky tuvo que ser
ascendido a jefe del área de diseño para que el hielo, -digamos mejor el
iceberg- que se había formado entre ellos se rompiera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Luego de salir de la oficina, ambos
continuaron con sus labores hasta el final de la larga jornada. Cerca de las
diez de la noche, al despedirse de sus compañeros, Francisco les dejó una
frase: “Ya saben amigos, si me ven entrar a la redacción con un sacón negro
largo, ¡se tiran todos al suelo!”. La carcajada de sus compañeros no se hizo
esperar mientras el pelucón redactor cerraba lentamente la puerta de la
redacción con esa mirada que a algunos les ponía los pelos de punta.<o:p></o:p></span></p>Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-79056359660180668092023-05-12T14:54:00.000-07:002023-05-12T14:54:28.873-07:00El campamento<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicLK8bJuzFec4G3QC2Dpul7m347TDTrfhWgKEFkAP4XZ255Ikp8XCh8dG7kuq2Dx_5X6BI4SsUFfZrNuPmOFZHKRK7mM1tVQSm-3fvk9HgpTgT_Iwp0yd6BbV8e19q1L1dlsxzZCNMduIQajgzPxoGrZg_cjQC6vcd6lfBEUFm9p0e1UAApZ_x-h8D/s1280/El%20campamento%20foto.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1280" data-original-width="906" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicLK8bJuzFec4G3QC2Dpul7m347TDTrfhWgKEFkAP4XZ255Ikp8XCh8dG7kuq2Dx_5X6BI4SsUFfZrNuPmOFZHKRK7mM1tVQSm-3fvk9HgpTgT_Iwp0yd6BbV8e19q1L1dlsxzZCNMduIQajgzPxoGrZg_cjQC6vcd6lfBEUFm9p0e1UAApZ_x-h8D/s320/El%20campamento%20foto.jpeg" width="227" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b>Julio, 1980.</b> Su timidez le impedía sociabilizar como todo
niño de su edad. A sus ocho años, Francisco prefería observar, contemplar, vivir
en silencio, hacia adentro, casi nunca hacia afuera, siempre soñando despierto
con lo que podría ser y no enfrentando lo que era. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Había una desconexión con el mundo real y con frecuencia imaginaba lo
que quería que sucediera pero nunca hacía nada (o casi nada) para que ocurriera.
Y como para que rompiera ese miedo a enfrentar la realidad y conectara con otros
niños, sus padres lo pusieron en los Boy Scouts.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El detalle estuvo que en su colegio no había Boy Scouts por lo que su
padre le pidió el favor a una compañera de trabajo. La señora de imponente
porte era la Akela -jefa de la manada de los lobatos en un reputado colegio
alemán en Miraflores- que hizo la gestión para que aceptaran a Francisco. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Así, el rubicundo niño asistió cada sábado al mencionado colegio para
aprender a hacer diversos nudos, fogatas, escalar, primeros auxilios, trabajar
en equipo y ser solidario. A pesar de estar en un ambiente no hostil, no hizo
ningún amigo pero aprendió lo impartido. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y llegó el día en donde recibiría su pañoleta luego de pasar las pruebas
de rigor tras varios meses de entrenamiento. Para realizar la ceremonia, se
organizó un campamento en Santa Rosa de Quives junto al río.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Tras un poco más de una hora de viaje en autobús, la manada de lobatos
llegó a la zona del campamento donde ayudó a armar las carpas y cumplió con
todas las órdenes de Bagheera y Akela antes de poder disfrutar del río.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los lobatos saltaban, reían y nadaban sin preocupaciones. Todo era
alegría. Habían atado una soga en una rama de un árbol que estaba junto al río desde
donde se lanzaban a las tranquilas aguas. Francisco disfrutaba del juego pero
sin integrarse al grupo. De pronto, su estómago le jugó una mala pasada como
siempre. En el desayuno había tomado leche y comido queso, olvidando que su
intolerancia a la lactosa era incontrolable, su talón de Aquiles. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Su estómago empezó a rugir como un león y Francisco tuvo que salir lo
más rápido que pudo del río en búsqueda del improvisado baño que habían hecho
en el campamento junto a un riachuelo. El problema fue que el camino era cuesta
arriba y a mitad de su desesperada carrera no pudo aguantar más y se cagó encima.
Su ropa de baño estaba llena de excremento y no sabía cómo limpiarlo.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El pánico lo invadió y, lo peor de todo, no supo pedir ayuda. Tenía
tanta vergüenza decirle a Akela y a Bagheera lo sucedido que prefirió ocultar
lo que él consideraba una humillación. Abrió su mochila y, sin pensarlo dos
veces, guardó su ropa de baño embarrada con las heces. Se cambió y volvió al
río sin decir nada. Por la noche, se dio la ceremonia de compromiso y recibió
su pañoleta en medio de la fogata y de los cánticos de los lobatos.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">“Lobato soy/soy chiquitín/muy juguetón/y reilón (bis)/<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">“Al bosque iré/me perderé/me buscarán/me encontrarán (bis)”<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">“Caminando en cuatro patas llegaré (bis)/Caminando en cuatro patas, con
la lengua hasta la guata/caminando en cuatro patas llegaré”<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La ceremonia llegó a su fin y los lobatos, cansados e ilusionados de
haber vivido un ritual que marcaba sus cortas vidas, volvieron a la carpa para
descansar sin saber lo que les esperaba.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">¡¿De dónde viene ese olor tan asqueroso?! ¡Hay miles de moscas!, se
escuchó casi a una sola voz el clamor de la manada.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Francisco estaba mudo y, con el temor que descubrieran su vergüenza, se
acurrucó en su bolsa de dormir ante el fastidio y queja de todos. Pese a las
moscas y al hedor, los lobatos finalmente se quedaron dormidos. Al día
siguiente, tampoco pudieron hallar de dónde provenía el olor nauseabundo y,
tras una jornada de juegos y una parrillada, retornaron a sus casas.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Francisco fue recibido por su madre, quien lo interrogó sobre todos los
pormenores del campamento. Obviamente Francisco omitió contarle lo que había
pasado con su ropa de baño, pero la pestilencia al abrir su mochila lo delató.<o:p></o:p></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">¡¿Qué has traído del campamento, Francisco?! ¡¿Un animal muerto?!<o:p></o:p></p><p><br /></p><p><br /></p>Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-84405101561011247632023-04-04T14:59:00.002-07:002023-04-04T14:59:59.152-07:00Sergio de piña, Francisco de chocolate<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYCb9xQ5DeW5lMFGMriRxaDSl-WTyE12etxG7GajMLs6Royhulx4zCH-QWcrbHQMuAfDwQj71WWTKip2uV7SFL4qYH19TcSzm81r1Hy_wqTMCWsPm-ysq2UIvHMZGPahVY9oV6rTBckWlpZOdJTpG8iRSSctPer0OMvvkct4m85s4woky0r8UXB0Yu/s458/Presagio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="341" data-original-width="458" height="238" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYCb9xQ5DeW5lMFGMriRxaDSl-WTyE12etxG7GajMLs6Royhulx4zCH-QWcrbHQMuAfDwQj71WWTKip2uV7SFL4qYH19TcSzm81r1Hy_wqTMCWsPm-ysq2UIvHMZGPahVY9oV6rTBckWlpZOdJTpG8iRSSctPer0OMvvkct4m85s4woky0r8UXB0Yu/s320/Presagio.jpg" width="320" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Un enorme y delicioso helado con
fudge había caído en las escalinatas del viejo edificio ubicado al final de la
avenida Javier Prado en Magdalena. La patota apostada en el lugar lo miraba con
indiferencia y nadie se había tomado la molestia de limpiarlo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">De pronto llegaron Sergio y
Francisco, que muertos de calor y hambre, miraron el helado como su tabla de
salvación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">“Oye, Francisco, gran parte del
helado no está tocando el suelo, se puede rescatar algo, ¿no crees? Se ve rico”,
espetó Sergio. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">“Mmm, tú crees Sergio. ¡Ya que
mierda! Trae dos cucharitas de tu casa. Lo que no mata, engorda”, le respondió
Francisco.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Sergio subió presuroso al último piso
y bajo dos cucharitas. Ambos comieron con un gusto el helado ante la sorpresa,
asco y carcajadas de la patota. ¡Par de locos estos dos! Se escuchó decir.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Francisco había conocido a Sergio en
una de esas tantas reuniones con la patota de Magdalena. Pese a su timidez, le
hizo el habla a Sergio que salió de su habitación luego que el enamorado de su
hermana le rogara –casi lo obligara- a hacerlo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Sergio era antisocial al 100%. Dormía
de día y recién salía de su habitación en la tarde/noche y “vivía” de madrugada.
Odiaba el sol y por eso estaba pálido. Su cabello negro largo le tapaba la
cara, inclusive sus lentes, ocultando sus ojeras y esa mirada triste y
desconfiada. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Vestido con su inseparable casaca de
jean y un jean desteñido, Sergio se sentó en el mueble junto a Francisco.
Comenzaron a conversar de música y Sergio desde un primer momento dejó sentado
su fanatismo por Rush y su adoración por Neil Peart. También le gustaba el
metal sobre todo Slayer por Dave Lombardo, Metallica y algunos grupos más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Tocaba los ritmos de batería con sus
manos sobre sus piernas y su otra pasión era la lectura, autores como Camus,
Sartre y la filosofía existencialista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Sergio odiaba el colegio y por eso no
lo había terminado pese a que era una persona muy inteligente, pero no
aguantaba esa dinámica social y las reglas escolares. Años después, lo
terminaría de forma no escolarizada y estudiaría en la universidad, llegando a
ser profesor inclusive.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Poco a poco, Sergio y Francisco se
comenzaron a frecuentar para escuchar música, ir a conciertos y hacer largas
caminatas por las variopintas calles de Lima. Las conversaciones eran
interminables. También formaron su primer grupo de metal que Francisco bautizó
como Presagio y que compartían con Robot y el Ratón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Ensayaban en el cuarto de Sergio, que
tocaba sobre su cama y luego se hizo una especie de maqueta de batería. Horas
de horas la pasaban ensayando los temas de siempre como Detrás de tu imagen,
Cayendo al vacío... Siempre estuvieron en búsqueda de una primera guitarra y
fue “El Loco” que se sumó a Presagio aunque sin buenos resultados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">En cada ensayo, “El Loco” se olvidaba
las partes que debía tocar y el resto de la banda fue perdiendo la paciencia
con el paso del tiempo porque veían que no avanzaban y que su primera guitarra
era un ancla para ellos. Hasta que llegó el día en que Sergio no se aguantó más
y le dijo: “Encima de loco, sordo y huevón”, ante la risa cómplice del Robot,
Ratón y Francisco.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Presagio duró como tres años, muchos
ensayos pero pocos conciertos. Inclusive, nunca salieron en ningún flyer.
Debutaron en el jirón Malambito del Centro de Lima en uno de los conciertos
organizados por Monín que les dio la oportunidad de tocar en varias
oportunidades. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">En una de ellas, abrieron el
concierto para que los mutantes empezaran a ingresar al local al escuchar la “bulla”.
Felizmente para los Presagio, Monín les pidió que subieran al escenario horas
más tarde cuando ya había más público.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Francisco gritaba el tema “Dios no ha
muerto, el ser humano lo ha matado con sus doctrinas y religiones” y, al alzar
la mirada, vio con sorpresa cómo se había generado un tremendo pogo, al punto
que varios mutantes, con los diablos azules encima, perseguían a sus pares con
sillas al grito “Dios no ha muerto”.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">También se presentaron en San Juan de
Miraflores en un aserradero de una amiga junto a Actitud Frenética y La Bosta.
Enormes tablones apilados formaron un escenario bastante alto pero que no
permitía moverse mucho a las bandas porque se podía venir abajo en cualquier
momento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Unidos por la música y la filosofía existencialista,
Sergio y Francisco paraban juntos transitando las grises y sucias calles de
Lima. Y fue la mancha del Gato, Ñaka, Pazuzo y Culebra que los bautizaron como
Sergio de Piña y Francisco <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de Chocolate
porque ambos caminaban encorvados al mismo ritmo, usaban lentes y el pelo largo
les tapaba la cara.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Su amistad crecía día a día y una
tarde, caminando por la avenida Arequipa, Sergio le dio un beso en la cabeza a
Francisco y le dijo que lo quería. Francisco lo tomó como un gesto de amistad,
de identificación plena, y continuaron caminando hacia Miraflores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Pero luego, Francisco empezó a
estudiar periodismo y se enamoró de una bella “gitana”. Cada día tenía menos
tiempo para visitar a Sergio y, cada vez que se veían, este le reclamaba que se
estaba alejando de él por una mujer.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Las discusiones se acrecentaron y una
tarde Sergio convocó a Francisco a su casa en Magdalena para decirle delante de
“El Loco” -había sido citado como “testigo” o “notario”- que su amistad había
terminado y que no quería volver a verlo nunca más. Y así fue…<o:p></o:p></span></p>Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-30353497311653049122023-02-26T18:30:00.002-08:002023-02-26T18:30:20.695-08:00El escarabajo naranja (El Sunset II)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgN4NeSCDKf5I6os-S3LfsYB275q7G0RvkA3opncBHBLU-JV5quOaAbZakoaV-OEWALCRgg1C6gvds6CzC2SJKYNRgqsuoAi89doN1mHt01pfWoCJ36dHA3aNCQxueRmcC6mir-JIhv_MeZ_9BvBxGKa__x-kXbIO6ifwdjrq00lTCSKXzp60xK47pn" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="2448" data-original-width="3264" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgN4NeSCDKf5I6os-S3LfsYB275q7G0RvkA3opncBHBLU-JV5quOaAbZakoaV-OEWALCRgg1C6gvds6CzC2SJKYNRgqsuoAi89doN1mHt01pfWoCJ36dHA3aNCQxueRmcC6mir-JIhv_MeZ_9BvBxGKa__x-kXbIO6ifwdjrq00lTCSKXzp60xK47pn" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">-¡‘Chino’,
nos vamos a matar!, gritaron a una sola voz Francisco y sus amigos.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">El
escarabajo naranja volaba sobre el asfalto de las calles miraflorinas porque el </span></b><b><span style="font-size: 14pt; line-height: 19.9733px;">‘Chino’ </span></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Augusto estaba poseído por los diablos azules, negros, y de todos los
colores, mientras que a sus amigos se les había pasado la borrachera del susto.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Ingresaron
a toda velocidad al segundo óvalo de Pardo y la faja del motor terminó por
salirse.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Con
su clásica frase “me llega al pincho”, el ‘Chino’ bajó del auto, prendió un
cigarrillo, abrió la tapa del motor, puso la faja, y volvió a manejar como si nada
hubiese pasado ante la atónita mirada de sus compañeros de juerga.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">-Ya
carajo, si siguen jodiendo se bajan todos y se regresan caminando a Magdalena.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Las
palabras del ‘Chino’ tuvieron efecto inmediato y el camino de regreso fue un
sepulcro. Nadie volvió a abrir la boca.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Una
noche más de ron, anisado de a sol y Cienfuegos había sazonado a la mancha de espíritu
y corazón de acero.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Luego
del ensayo de Sentencia en la casa del ‘Perro’, habíamos ido como (casi)
siempre al Sunset.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Desde
el faro había llegado una pequeña mancha<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de metaleros, un rezago de la otrora Horda Metálica.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Un
metalero ya entrado en años con el “gorro” medio descocido y enchamarrado
miraba con los ojos vidriosos y con cierto desprecio a los más jóvenes.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">-Ustedes
no saben nada de metal. Los padres y el verdadero metal son bandas como Zep,
Sabbath, Maiden, Judas…Esos son los verdaderos grupos que tienen el espíritu…hasta
Metallica les puedo pasar. Pero ¿Slayer? señalando el parche que tenía
Francisco en la espalda de su chaleco de jean, es pura bulla. ¿Destruction? apuntando
el polo del Eternal Devastation que llevaba Francisco…¡Pura mierda!<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">El
susodicho, tambaleante, tomó un par de tragos más de su botella y se alejó
mascullando frases insultantes e incomprensibles.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Francisco
y Calancas se miraron de manera cómplice y se cagaron de risa. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;"><span style="mso-spacerun: yes;"></span></span></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjjkHL9GavwqFTLfDFb-mre9RMgoxGLJpX4tAX9GJXwuFkWi4GvlzRpAPg13lzLXYhX6UuQMsN1xke3XCM2z1TKiEgZd7WluTBDfAM3_xPJTCcQhkecyAcmL0FpuJT1f-YErCSXQwXMD5RH5CNZEWgIVA5xRY_hiYt4-I3zv38M0LlfRrjjZAHnGxnC" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="252" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjjkHL9GavwqFTLfDFb-mre9RMgoxGLJpX4tAX9GJXwuFkWi4GvlzRpAPg13lzLXYhX6UuQMsN1xke3XCM2z1TKiEgZd7WluTBDfAM3_xPJTCcQhkecyAcmL0FpuJT1f-YErCSXQwXMD5RH5CNZEWgIVA5xRY_hiYt4-I3zv38M0LlfRrjjZAHnGxnC=w335-h252" width="335" /></a></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /><br /></b><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Metros
más allá, el ‘Chino’ chupaba su roncito Cartavio y departía con el resto de la
mancha. De un momento a otro, Francisco y Calancas se sentaron en el muro que daba
a la Costa Verde, dándole la espalda al acantilado.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Abrazados,
comentaban anécdotas y recordaban al buen Coqui y sus botas del mal que había
partido a Holanda.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">Francisco
había recibido decenas de cartas de su mejor amigo que atesoraba y llenaban los
cajones de su escritorio en su cuarto.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">En
una de ellas, le mandó las letras que había escrito para Sentencia: Maldita
Realidad y La Verdad. Francisco se identificaba totalmente con ellas y
extrañaba a su amigo con quien tenía una química muy especial.<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">De
pronto, una ráfaga de viento frío golpeó los cerebros de Calancas y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Francisco y súbitamente se fueron para atrás. <o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES-MX;">¡Puta
madre! -gritó la mancha- creyendo que se habían caído al acantilado. Para suerte
de Francisco y Calancas, había un pequeño jardín detrás que les salvó la vida. Al acercarse la
mancha a ver lo que había pasado, ambos estaban cagándose de risa sobre el pequeño jardín sin darse cuenta del riesgo en que habían estado sus vidas.<o:p></o:p></span></b></p>Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-79766430997515105282018-12-13T06:27:00.000-08:002018-12-13T06:27:12.338-08:00CELESTE<br />
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj7zcAKQHhD77gJ1TYHLr_DJsqKdHwT0PLF75LMif0FUfqA2wr7oQLVwV2bwV0OriaXoAmFTTlj7nChN-LeyKLjza8_bvGlQ8ELNr45xwnPS_VI3CVEEqGdCsVkyrWfYIh15zHhnJNe4Y/s1600/U+-+SC+en+el+Lolo+1991.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="404" data-original-width="600" height="428" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj7zcAKQHhD77gJ1TYHLr_DJsqKdHwT0PLF75LMif0FUfqA2wr7oQLVwV2bwV0OriaXoAmFTTlj7nChN-LeyKLjza8_bvGlQ8ELNr45xwnPS_VI3CVEEqGdCsVkyrWfYIh15zHhnJNe4Y/s640/U+-+SC+en+el+Lolo+1991.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: large;">El enemigo<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Miraflores, 1991. A Ratón, Robot y Francisco los une dos
pasiones: el metal y el fútbol. En los últimos tres meses habían ensayado casi
todos los días en el llamado “gallinero” ubicado en el techo de la casa de Pino
en Miraflores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Debido a la timidez de los tres y de venir de estratos
sociales diferentes, la química demoró pero llegó a fluir gracias a su devoción
por Slayer y a la celeste. Luego de hacer bulla por un par de horas un sábado
de abril, se pusieron a conversar de fútbol y convinieron que al día siguiente
irían al estadio por primera vez juntos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Se trataba del U-Cristal, un partido que marcaría sus vidas.
Como cada uno vivía en lugares distintos de la ciudad -San Juan de Miraflores,
Barranco y San Isidro- acordaron reunirse en la avenida Alfonso Ugarte para ir
caminando al estadio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ingenua y temerariamente llegaron caminando solos al Lolo
Fernández en el viejo barrio de Odriozola en Breña. Compraron sus entradas e
ingresaron a la tribuna Oriente donde estaba apostada la barra celeste.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">En un inicio, los hinchas rimenses los vieron con cierta
desconfianza como si se tratasen de “cremas” que se querían infiltrar en la
barra celeste, pero con el paso de los minutos y de su constante aliento, las
dudas se esfumaron.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">El Lolo hervía en aquella tarde dominguera. Los cremas
estaban con la sangre en el ojo porque los celestes no quisieron postergar el
partido ya que ellos a los pocos días tenían que jugar un partido importante
por la Copa Libertadores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-63E5smyYKt1lK-TZIzmHbjZI6qRwzhrVZUOxUqoXF-6r1I6GqCZsSS6oXszefWRnAAFeVY4L41Qdrt-1A1DupDlM0U4TnP4YejqKh50mI9VhlHMawhj6q3c6r8l5jMaVbUl7naZnqaU/s1600/bronca+U+vs+SC.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="363" data-original-width="600" height="386" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-63E5smyYKt1lK-TZIzmHbjZI6qRwzhrVZUOxUqoXF-6r1I6GqCZsSS6oXszefWRnAAFeVY4L41Qdrt-1A1DupDlM0U4TnP4YejqKh50mI9VhlHMawhj6q3c6r8l5jMaVbUl7naZnqaU/s640/bronca+U+vs+SC.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">El enfrentamiento entre la Trinchera Norte y la barra de
Oriente con el naciente Extremo Celeste no se hizo esperar, e inclusive un
proyectil le cayó en la cabeza al arquero rimense Castagneto caldeando aún más
los ánimos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La violencia de la tribuna se trasladó al campo de juego y
los roces y conatos de bronca entre los jugadores no se hicieron esperar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La ‘U’ golpeó primero y temprano. No se jugaba ni el primer
cuarto hora y el uruguayo ‘Pinocho’ Vargas puso adelante a los cremas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Los celestes no bajaron los brazos ni en la cancha ni en la
tribuna y dos tiros en el palo de Franco Navarro y la ‘Pepa’ Baldessari fueron
un claro aviso de lo que estaba por venir en el Lolo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La remontada llegó en el segundo tiempo con dos golazos de
la ´Pepa´, que inclusive se falló un penal que desvió el ‘ruso’ Zubczuk con los
pies.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiE1PwVAqz-qb9xCec0UxKqdSHsAv-cwXpH-3TFDnCLyuvbuzhvENP7lZAXaI5DvXnKj-nkM3EiX-kqTB12MjGhyphenhyphenCueO-DEOy6iPb5dwlzDhFtiA1-wHsfFrXJNitEoau2X-5ewgdQLuY/s1600/Pepa+vacunando+en+el+Lolo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="892" data-original-width="1600" height="355" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiiE1PwVAqz-qb9xCec0UxKqdSHsAv-cwXpH-3TFDnCLyuvbuzhvENP7lZAXaI5DvXnKj-nkM3EiX-kqTB12MjGhyphenhyphenCueO-DEOy6iPb5dwlzDhFtiA1-wHsfFrXJNitEoau2X-5ewgdQLuY/s640/Pepa+vacunando+en+el+Lolo.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La volteada encendió aún más las tribunas. Desde la popular,
integrantes de la Trinchera Norte intentaban pasarse a Oriente para enfrentar a
los hinchas celestes, que empezaron a arrancar las bancas de madera del viejo
Lolo para utilizarlas como armas de defensa y que terminaron lanzándolas al
campo de juego.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La Policía no se daba abasto y el pitazo final del árbitro
César Cachay dio inicio una guerra campal fuera del estadio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">En clara minoría, los celestes pretendían salir hacia Alfonso
Ugarte por el jirón Jorge Chávez. Robot, Ratón y Francisco estaban con toda la barra
-que no sumaban más de 120- cuando se vieron acorralados por la Trinchera y la
barra de Oriente que los superaban en número y ferocidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">De pronto, envalentonados por el triunfo y con la adrenalina
a tope, un grito irrumpió entre los celestes: ¡Vamos a guerrear carajo! ¡Muerte
a las gallinas! ¡Ahora o nunca! Yaaaaa!!! Todos contagiados por el grito de
guerra corrieron hacia una sola dirección, lo que provocó que los cremas
retrocedieran y Robot, Ratón y Francisco pudieran escapar por la calle Sánchez
Pinillos hacia Alfonso Ugarte. Al primer microbús que vieron, subieron raudos
para ponerse a salvo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ya en casa se enterarían por la televisión de la quemadel
bus que iba a transportar a los jugadores de Cristal y que felizmente no dejó
víctimas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">El domingo 21 de abril marcó un hito entre la U y Cristal.
De esa fecha en adelante, se dejaron de mirar como rivales, ahora eran
enemigos. La guerra estaba declarada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ese domingo también marcó un hito en la historia de Ratón,
el Robot y Francisco. El inicio de una amistad inquebrantable, sellada por una
pasión en medio de un clima de violencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY7ChEQDUUkIxDl4GTjE0o6u3ObmLTnUEGisj2jIgHYbyO-LWtP_bF5_vj1BNCj4oAm5J34Q5TNNwtbxGj2ilrK2QtoStPEjbJ2CcMo0lOcallf2VUFOIh7BQ3LfBBWIBdtEuskS7b1GI/s1600/con+el+extremo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="502" data-original-width="960" height="332" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgY7ChEQDUUkIxDl4GTjE0o6u3ObmLTnUEGisj2jIgHYbyO-LWtP_bF5_vj1BNCj4oAm5J34Q5TNNwtbxGj2ilrK2QtoStPEjbJ2CcMo0lOcallf2VUFOIh7BQ3LfBBWIBdtEuskS7b1GI/s640/con+el+extremo.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p><span style="font-size: large;"><br /></span></o:p></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: large;">Los Slayer<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">El extremo Celeste se dividía en grupos que venían de diferentes
sectores de la ciudad. Ratón, Robot y Francisco venían de distritos distintos y
por ello se agruparon bajo su otra pasión: Slayer. Ratón elaboró la bandera que
los identificaría en adelante en el Extremo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Al trío se les sumó Gastón, que fue rebautizado como el Tío
Cosa, Mono de San Juan y algún otro amigo más.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La barra estaba integrada por singulares y pintorescos
personajes encabezados por César. Sí César, así a secas. Siempre flanqueado por
‘Magnate’ con su eterna mochila, ‘Pelo Duro´, Jeffrey, Doyle, el Chino, Hemil y
el pequeño ‘Chucky’ de Surquillo que siempre paraba asado y buscaba bronca
hasta por gusto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">También destacaba el negro ‘Tirulero’ y ‘Berraquito’ que
paraban cuadrando a los incautos que se encontraban en su camino. El más alegre
-sin duda- y que ponía la chispa era el ‘Pibe’ Valderrama.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">¡Que baile Valderrama tralala lala! Y el clon del jugador
colombiano hacia sus pasos con botella en mano ante la algarabía de la mancha
celeste.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">También estaba el tío Coqui, el más experimentado, que venía
de la barra Fuerza Oriente y que tenía mil y una historias que contar,
inclusive del Sporting Tabaco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Los Slayer poco a poco se fueron ganando un espacio y
respeto en la barra y su bandera se paseó por todos los estadio de Lima y
provincias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: large;">Matute<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Sábado por la tarde, partido en Matute.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La mancha celeste se fue juntando en una
pequeña bodega de Paseo de la República con Isabel La Católica.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Las camisetas celestes llegaban en pequeños grupos desde la
avenida Arequipa o el Zanjón. Ratón, Robot y Francisco se juntaron con la barra
y, luego de comprar a Magnate las entradas de cortesía que daba el club, caminaron
junto al Extremo por Isabel La Católica hacia el estadio aliancista. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La barra se quedó apostada en la esquina de Isabel La
Católica con jirón Abtao haciendo hora para ingresar al estadio íntimo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Algunos hinchas se pusieron a tomar unas cervezas en las
chinganas aledañas mientras que los líderes se alejaron unos metros más allá
del grupo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Francisco le llamó la atención que los líderes de la barra habían
formado un pequeño círculo y se cagaban de risa de rato, sin que nadie se les
acercara.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Poco a poco, Francisco fue acercándose tímidamente a ver qué
pasaba. Sus ojos se abrieron sorpresivamente al ver que sobre una tabla de
madera había hileras de polvo blanco y uno a uno, los líderes del Extremo
agarraban una tarjeta para esnifar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">¡Qué mierda miras gringo! ¡No seas zapato! Ja, ja, ja reían
a carcajadas César, Magnate, Pelo Duro y compañía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: large;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]-->A mí me han dicho que tú juegas de carrilero o
de puntero mentiroso porque te encanta la línea, le dijo César con una mueca
burlona y desconfiada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: large;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]-->¡Ya circula nomás! Le dijo César a Francisco que
se fue sin decirle nada mientras la pequeña mancha seguía con sus grandes
aspiraciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">¡Salta el escalón, salta el escalón que el Extremo ya llegó!<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvb7xcFBAALPzwhc_YcPEMWI1KJzcWaB2NqHOIl9bqKajoenC5o6D7gytNPCtTQoy9OdSMdhUIOZFUOJOeX_WozJYFkE5br1IMOwLAxnTHqvVgHb4x7gT9JZ5vyoCWamzE4X-nb6q4MR8/s1600/tito+drago.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="536" data-original-width="811" height="420" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvb7xcFBAALPzwhc_YcPEMWI1KJzcWaB2NqHOIl9bqKajoenC5o6D7gytNPCtTQoy9OdSMdhUIOZFUOJOeX_WozJYFkE5br1IMOwLAxnTHqvVgHb4x7gT9JZ5vyoCWamzE4X-nb6q4MR8/s640/tito+drago.jpg" width="640" /></a></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: large;"><br /></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: large;">La academia <o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Jesús María, 1983. Francisco jugaba bádminton, pero su
pasión era el fútbol. Sus padres le habían inculcado el deporte de la raqueta y
la plumilla desde muy chico y había demostrado el talento que no tenía con la
pelota.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Francisco mostraba un juego agresivo en contraposición a su
evidente timidez y perfil bajo. El ‘gringo’ se transformaba al entrar a la
cancha, se le subía la adrenalina a tope y se mostraba desde un inicio al
ataque. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Le gustaba saltar lo más alto
posible y matar con todas sus fuerzas, como queriendo hundir la plumilla en la
cancha. Mates paralelos o cruzados eran su fuerte, aunque también tenía buena
muñeca y ponía unos tiros colocados y con efecto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Pese a sus condiciones, que lo llevaron a ser campeón
nacional a los 12 años, Francisco le insistía a su padre que lo suyo era el
fútbol.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Carlos, su padre, finalmente cedió ante los pedidos de su
hijo y lo inscribió en la Academia Tito Drago en la vieja cancha del Lawn
Tennis.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">El primer entrenamiento fue todo un reto para Francisco
porque su timidez no le permitía desenvolverse en escenarios extraños y nuevos
para él.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Lo recibió ‘Títin’ y el gran Tito Drago. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: large;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]-->Y gringo, ¿de qué juegas? le preguntó el gran
Tito que vestía de buzo con su inseparable gorra inglesa.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: large;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]-->Puedo jugar de lateral o puntero derecho, señor,
le dijo tímidamente Francisco.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpMiddle">
<br /></div>
<div class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-indent: -18.0pt;">
<!--[if !supportLists]--><span style="font-size: large;"><span style="mso-ascii-font-family: Calibri; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-hansi-font-family: Calibri;"><span style="mso-list: Ignore;">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-stretch: normal; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; line-height: normal;">
</span></span></span><!--[endif]-->Muy bien, dijo Tito, que le dio una cariñosa
palmada en el hombro mientras que ‘Titín’ lo acercaba al grupo que le
correspondía: la categoría 72.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Francisco se sentó con el resto de pequeños en el dañado
césped, formando un gran círculo alrededor del entrenador. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Gonzalo era un tipo joven, delgado, de cuello y perfil de
ganso, de apariencia bonachona pero poco atlética. El DT empezó a preguntar los
nombres de sus nóveles jugadores, los puestos en que querían jugar y de qué
equipo eran hinchas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La mayoría dijo que era de la U y de Alianza. La mayoría
quería ser delantero o ‘10’ aunque también había dos arqueros, y oh sorpresa, no
eran ni los gorditos ni los lornas del grupo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Llegó el turno de Francisco que dijo su nombre casi de manera
inaudible, que podía jugar de lateral o puntero derecho y que era hincha de
Cristal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Algunos voltearon a verlo como bicho raro porque el 90% era hincha
de los ‘compadres’ y solo un par de la celeste o del Muni.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Su hinchaje por la celeste no venía de familia. Su padre era
del Sport Boys –Carlos nació en Bellavista- y la familia de su madre era de la
U, Alianza y Municipal, inclusive un pariente lejano, Mario de las Casas, fue
uno de los fundadores del equipo de Odriozola.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Francisco siempre se sintió diferente, con poco sentido de
pertenencia y no le gustaba repetir como borrego o seguir una tradición
simplemente por seguirla. Así que los equipos de la ‘U’ y el Alianza le eran
ajenos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">El primer jugador que lo deslumbró por su habilidad,
inteligencia y actitud de siempre ir al frente ante cualquier rival fue Julio
César Uribe, el ‘Diamante’.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Los rivales decían que era un negro sobrado, ‘botadera’,
mientras que Francisco veía en él a un jugador con un talento sin igual, seguro
de sí mismo, un ganador, todo lo contrario a como él se veía. Siempre con
cabeza levantada, mirada altiva, postura de desprecio, el ‘Diamante’ desafiaba
a cualquier rival y no arrugaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Otros jugadores que lo impresionaron en su infancia fueron
Juan ‘Gol Caballero, el veloz y encarador César Loyola y el pícaro Jorge
‘Coqui’ Hirano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Y en el arco, el chato Humberto Valdettaro lo deslumbró con
sus ‘voladas’ de palo a palo y sus atajadas espectaculares pese a su tamaño
poco idóneo para el puesto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Francisco llegaba todas las mañanas entusiasmado al
maltratado verde del Lawn Tennis a entrenar. Poco a poco fue entrando en
confianza con el grupo y empezó a hacer amistad con Mario, Gianfranco, el
arquero Eduardo, Oscar, entre otros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Su padre con gran ilusión le compró sus primeros chimpunes
Power y una pelota de cuero cocida paño por paño de una de las tantas casas
deportivas que había en la avenida Abancay.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La primera redonda no le gustó mucho a Francisco porque
tenía paños casi morados y otros color caca, un marrón bastante feo. Poco a
poco la pelota se fue ‘ahuevando’ por el uso y por la lluvia a la que fue
sometida. Luego llegó una blanco con verde, más acorde con su gusto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Tras tres o cuatro semanas de entrenamiento, llegó a la
Academia Tito Drago una sorpresiva invitación. La Academia Cantolao -uno los
mejores semilleros de menores del país en ese entonces junto al Deportivo
Zúñiga- organizaba su primera Copa de la Amistad en la que participaban equipos
internacionales.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">En la familia Drago tomaron la invitación con pinzas porque
no querían exponer a niños en formación a una exigente competencia que los
podía frustrar al competir en desigualdad de condiciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Luego de pensarlo muy bien y con el compromiso del
entrenador Gonzalo de sacar adelante el reto, la academia aceptó participar. La
sede que le tocó a la categoría 72 fue el colegio San Agustín de San Isidro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Las goleadas no se hicieron esperar. Pese al entusiasmo y la
entrega de los nóveles jugadores, los equipos más experimentados los pasaron
por encima. Goleadas de 3-0, 4-0, 5-0 hasta 7-0 sufrieron las camisetas azules
de Tito Drago.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Dado los resultados, el ídolo de Municipal se escondía de la
vergüenza detrás de los árboles que estaban a un costado de la cancha del
colegio santo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Pese a la mala campaña, la academia Tito Drago brindó sus
mejores partidos a los favoritos del grupo -la U de Chile y Universitario-, parándole
el ‘macho’ como se dice. Los pequeños de Gonzalo dieron sus mejores actuaciones
y solo perdieron 2-0, vendiendo cara a sus derrotas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">El equipo azul y blanco no pudo anotar ni un solo gol en el
torneo. En el partido final, tuvo la oportunidad de hacer su único gol, pero su
‘cañonero’ Zúñiga le salió un tirititito desde los doce pasos ante la
frustración y quejas de sus compañeros.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Al pequeño Zúñiga le temblaron las piernas y al llegar sobre
el balón pateó más tierra y pasto que otra cosa y el balón salió lenta y
mansamente hacia las manos del arquero del Liceo Naval.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_VmKVOtVrYr_I-595WYj2cY0CFV_jlx1vpvJOc8wrqP42pWIFpWHQfyDTpUyiFrI56zk1cSIuxhTl9ujkA5baVdF1zbRdqH2Kt0cG640iCOPmieCxe_TzH0K_hC7WbofE6ej26H3wmdI/s1600/Franco+pelota.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="390" data-original-width="567" height="440" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj_VmKVOtVrYr_I-595WYj2cY0CFV_jlx1vpvJOc8wrqP42pWIFpWHQfyDTpUyiFrI56zk1cSIuxhTl9ujkA5baVdF1zbRdqH2Kt0cG640iCOPmieCxe_TzH0K_hC7WbofE6ej26H3wmdI/s640/Franco+pelota.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: large;">Su primera vez<o:p></o:p></span></b></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">De tanto insistirle, Francisco quebró la negativa de su
padre y logró que lo llevara por primera vez al viejo Estadio Nacional para ver
un partido del Descentralizado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Era una tarde sabatina donde se enfrentaban el Sport Boys
del Callao y su querido Sporting Cristal. Carlos había comprado dos entradas
para Occidente Alta y cuando llegaron al coloso de la calle José Díaz se
percataron que sus numeraciones coincidían con la barra rosada que estaba
apostada justo allí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Francisco, un tanto asustado, le dijo a su padre que se
podían sentar en otra parte porque la tribuna no estaba llena.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">-No Francisco, de ninguna manera. Yo he comprado estos
boletos y haremos respetar nuestros lugares. Eso es lo correcto, le dijo su
padre, mientras Francisco se encogía de hombros y subía las escalinatas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Su padre le pidió a un acomodador que lo llevara hasta la
numeración que decía los boletos. El gordito subió prestó hasta el lugar y le
señaló el lugar donde estaban unos morenos grandes y fornidos con camiseta
rosada por unas cuantas monedas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">-Señor, disculpe, pero están ocupando nuestros lugares, le
dijo Carlos con voz firme a los avezados hinchas del Boys.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">-Uno de ellos se paró de forma parsimoniosa. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">A ver, gringo –respondió el hincha rosado- que miró con
cierta displicencia los números de las entradas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">-Ok, familia, no hay problema, y acto seguido le dijo a sus
acompañantes que se sentaran más allá.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Francisco se sorprendió de la firmeza de su padre para
exigir sus derechos pese a que estaban en pierde y procedieron a sentarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Con el paso de los minutos, Francisco le pidió a su padre
que le regale una gorra de Cristal y su padre accedió. Temeraria e ingenuamente
Francisco se la puso, sin medir lo que pudiera pasar por estar justo debajo de
la barra rosada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Felizmente, el partido terminó 1-1 y todos nos fuimos a casa
en paz. </span><o:p></o:p></div>
<br />Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-16373255578981915542012-11-08T17:10:00.000-08:002012-12-05T12:16:57.074-08:00EN EL MÁS ALLÁ<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGYZdO3Na077-wpIzazQzNx4CBw0u2eZ0B2N8wNxOjspCNFm6djhYlgYvE-YqS38CAzqLgaxh0RJYRzpgQTK_BNUI2eR4AA5_2bBu4GEeSmo07xajibhrJdmNxOToIeZodPi5muvUtYjI/s1600/aepost1edit.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="257" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGYZdO3Na077-wpIzazQzNx4CBw0u2eZ0B2N8wNxOjspCNFm6djhYlgYvE-YqS38CAzqLgaxh0RJYRzpgQTK_BNUI2eR4AA5_2bBu4GEeSmo07xajibhrJdmNxOToIeZodPi5muvUtYjI/s400/aepost1edit.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;"><o:p></o:p></span></span> </div>
<br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Un cuchillo oxidado cayó clavado sobre el
escenario de madera del Más Allá. Los miembros de Agresión Extrema solo atinaron
a seguir tocando mientras intercambiaban miradas de asombro. La gente se
empujaba en el pogo y agitaba la cabeza con frenesí como si nada hubiera
pasado.<o:p></o:p></span></span></div>
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Francisco terminó de vociferar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sabes, la mierda que eres</i> y se miró con
el ‘Robot’ y con el ‘Ratón’ buscando una explicación. Tras unos segundos de
silencio y acoples de guitarra decidieron continuar con su presentación.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Francisco tomó el micrófono y gritó con
fuerza: “Está canción habla de nuestro pueblo….”<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">-¡Calla pituco de mierda! se dejó escuchar en
el local barranquino.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">-¡Calla concha tu madre! A ver, dímelo en
mi cara…, espetó Francisco mientras la sangre se le subía al rostro evidenciando
su fastidio. <o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Su rubicunda cabellera, que viviera en San
Isidro y su ascendencia italiana le caían mal a más de uno en la horda
metalera. <o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Francisco masculló entre dientes… ¡Que
mierda! y gritó: ¡¡¡Esto es Injusta Opresiooooooooonnnn!!!<o:p></o:p></span></span><br />
<br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Injusta Opresión que enriquece a unos
cuantos<o:p></o:p></span></span></div>
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Injusta Opresión que no tiene cuando acabar<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Hasta un grito rebelde escuchaaaaaaar!!!<o:p></o:p></span></span><br />
<br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;">
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">En medio de la canción, apareció entre los
mutantes un pequeño engendro llamado Juanito. Llevaba tatuada una cruz
invertida en la frente que se había hecho con un cuchillo. Estaba en la primera fila y le hacia
reverencias a la banda como si se tratara de un ferviente seguidor.<o:p></o:p></span></span></div>
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">De pronto, el demonio se colgó de una de
las vigas de madera del techo que quedaba justo al frente del sencillo escenario.
El mutante fue balanceándose e intentó patear a Francisco en el rostro.
Felizmente para el vocalista de AE, Juanito falló e inmediatamente se descolgó,
como si nada hubiera pasado.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Poseído por miles de espíritus inmundos,
Juanito continuó moviéndose al ritmo de la música y al terminar el tema, con
total desparpajo, le dio la mano a Francisco, que solo atinó a lanzarle una media
sonrisa, como diciéndole: “sí, concha tú madre”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Tras 40 minutos de Agresión Extrema, la
garganta de Francisco ya no daba más. Estaba casi sin voz y un poco de sangre emanó
de sus cuerdas vocales. El vocalista de AE la saboreó con cierta preocupación y
bajó exhausto y sudoroso de la pequeña tarima. Junto con ‘El Robot’ repartieron la
biografía de la banda y luego, con el resto de la banda, se fueron cargando un par de amplificadores a la casa del bajista. <o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">…<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Ring, ring, ring.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">-¿Aló?<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">-¿Habla Xavier de Agresión Extrema?<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">-Sí, ¿quién es?<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">-Terruco de mierda, te vamos a matar, deja
de cantar huevadas…clac, la bocina del teléfono fue colgada violentamente.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Por enésima vez en esa semana llamaban a la
casa de ‘El Robot’ para insultarlo y amenazarlo. Los flyers, que repartían en
los conciertos con la biografía y las letras de la banda, tenían su número de
teléfono como contacto y las llamadas no se hicieron esperar.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Las líricas de la banda inspiradas en obras
de Gonzalez Prada, Mariátegui y Arguedas caían como un puñetazo en la cara o
una patada en los huevos a varios metaleros.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Temas como Horas de lucha, Injusta
Opresión, Agresión Extrema, Piraña, Resistiendo, 26830 (más que una pasión)
distaban mucho de los infiernos, diablos y oscuridad que vociferaban otras
bandas en inglés.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Los Agresión eran hijos de los 80s y no
podían darle la espalda a la realidad. Crecieron en medio de coches bomba,
apagones, colas, miseria, hiperinflación, terrorismo…una época oscura que los
había marcado y que era la principal fuente de inspiración para su música.<o:p></o:p></span></span><br />
<span lang="ES"><span style="font-family: Calibri;">Al escapismo habituado en la “escena”
metal, AE trataba de inyectarle realismo, conciencia social y confrontación. Y
eso les jodía a algunos…<o:p></o:p></span></span>Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-8592825964396402312012-10-16T11:12:00.000-07:002012-10-16T11:12:03.827-07:00EL EXTRANJERO<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCykGH9THCm0A15VQ-APIrl0w3Wx-n3Nc9EfgGflQF3GOUTE6OzKcrWupiAsAleeEG3YHOhatyTUSZSdtEoMTQ0X12i7VKWN7LIKnZVB8VihrtMzeWGC86OVk2u_R_ZsmS-wByXaYjhag/s1600/curuchi.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="293" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCykGH9THCm0A15VQ-APIrl0w3Wx-n3Nc9EfgGflQF3GOUTE6OzKcrWupiAsAleeEG3YHOhatyTUSZSdtEoMTQ0X12i7VKWN7LIKnZVB8VihrtMzeWGC86OVk2u_R_ZsmS-wByXaYjhag/s400/curuchi.JPG" width="400" /></a></div>
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-“Discúlpeme señora, pero su hijo es muy retraído, casi no habla en clase, ni siquiera con sus compañeros. No se adapta al grupo. Nunca quiere participar. Hace bien los trabajos y su nivel de aprendizaje es normal, pero creo que podría tratarse de un caso de autismo leve…”<br />
-“¡Qué me está diciendo, señorita! Está usted loca. Mi hijo es completamente normal. Seguro que usted no sabe llegar a los niños…”
Rosaura, casi siempre equilibrada y amigable, rompió en furia al escuchar la explicación de la profesora del nido de Francisco. Ella no veía nada extraño en su único hijo hombre de cinco años, así que decidió no hacerle caso al diagnóstico de la novel profesora.<br />
En el patio del nido, para variar, Francisco estaba parado en un rincón observando a sus compañeros jugar. Vestía con su mandil azulino –mientras todos los niños estaban de gris– y sostenía en su mano derecha su pequeña lonchera amarilla.
A sus cortos cinco años, simplemente se sentía ajeno a la situación que lo rodeaba. Había una desconexión que la asumía casi natural, de nacimiento, con su entorno más cercano.
Sus pequeños ojos verdes -uno más grande que el otro– miraban todo y nada a la vez. Francisco estaba ensimismado, cuando intempestivamente fue embestido por un torbellino de rulos rubios.<br />
-“Hola, Francisquiiiiitoooo”, le dijo Natalia e inmediatamente lo apachurró para darle un sonoro beso en la mejilla.<br />
Francisco se ruborizó por el exceso de cariño –inmerecido por cierto, pensaba él– de Natalia, una niña que lo adoraba, pero que tenía un enorme lunar marrón de carne en la cara y eso lo atemorizaba. Francisco lo miraba como si se tratase de un monstruo que poco a poco se estaba apoderando de su amiguita.<br />
-Hola, respondió Francisco tímidamente, viéndola de reojo.<br />
-¿Qué haces? Le preguntó Natalia.<br />
-Nadaaaa, respondió casi susurrante Francisco.<br />
-¿Quieres que te invite un caramelito?<br />
-No, gracias, respondió Francisco casi impaciente.<br />
-¿Y….?
Riiing Riinng, sonó la campana, fin del recreo y del martirio de tener que responder las preguntas de Natalia.<br />
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Era la adoración de su nana. A los siete meses de nacido, Jacinta lo ponía en su corral y Francisco no lloraba ni se quejaba. Jugaba feliz con sus juguetes en ese metro cuadrado de lona y plástico, permitiéndole a su nana hacer las labores del hogar y preparar el almuerzo sin ningún contratiempo.
Cierta tarde, Jacinta lo sacó a pasear en su coche por el parque junto a su hermana mayor, Lucrecia.
‘Lucre’–cinco años mayor que él– había dejado de ser el centro de atención de la familia desde que nació Francisco, y por eso no lo soportaba. Cuando nadie la veía, le metía un pellizco o le jalaba el pelo a su hermano por el puro gusto de verlo llorar.
Esa tarde, durante todo el trayecto al parque, Lucrecia insistió a Jacinta que le comprara dulces en la bodega de la esquina.<br />
-¿’Jacin’, me puedes comprar unos caramelos y unos chicles en el ‘Chino’?, preguntó Lucrecia con su adulona voz.<br />
-No creo Lucrecia, porque no te has portado bien y se te van a caer los dientes de tanto dulce que comes.
‘Lucre’ nunca aceptaba un no como respuesta, así que se tiró al piso y empezó con la pataleta.
Al no tener como parar la rabieta que llamaba la atención de todo el barrio, Jacinta accedió a su pedido. Antes de entrar a la bodega, la nana le pidió un favor a Lucrecia.<br />
“Por favor cuida a tu hermanito. Un minutito nada más, mientras compro lo que me pediste”.<br />
‘Lucre’ asintió con la cabeza y apenas Jacinta entró a comprar, empujó con todas sus fuerzas el cochecito de Francisco en dirección a la pista. Lucrecia deseaba en lo más profundo de su pequeño ser que Francisco despareciera de su vida para volver a ser la reina de la casa.
Felizmente para Francisco y para Jacinta, un señor logró detener el cochecito en el borde de la vereda antes de que fuera embestido por algún auto en la avenida.<br />
‘Lucre’, ¡¿por qué hiciste eso?!, gritó Jacinta.
¿Yooooo?... No he hecho nada ‘Jacin’. El cochecito se fue solo y yo traté de decírtelo pero no me escuchaste.<br />
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(15 años después…)<br />
Estaba echado sobre su cama mirando a la nada. Era una tarde común, después de un día de colegio, de su infierno gris. Francisco intentaba concentrarse para estudiar, pero se quedaba dormido.
Sentía que ya nada importaba y que todo había perdido sentido. Había un vacío que cada día se hacía más grande y su desconexión con el mundo era más evidente.
El silencio inundó la habitación, era casi insoportable. Francisco cerró los ojos por un momento y volvió a soñar despierto, como tantas veces lo había hecho. En un mundo de supuestos, era feliz, o creía serlo. Después de unos minutos, volvió a abrir sus ojos y su mirada se quedó mimetizada con el blanco del techo.
De pronto, irrumpió en su mente una escena con su padre que se repetía con cierta frecuencia. “No puedes ser siempre un mero espectador, un actor pasivo. Si sigues así, la vida te pasará por encima”. Francisco solo atinaba a bajar la mirada y a llorar en silencio.
Con el paso de los años, el punzante discurso de su progenitor ya no hacia mella en su existencia. En una promesa que se hizo, juró no volver a llorar nunca más frente a su padre, y así fue.<br />
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"Mister, money exchange ¿Dólar, Euro?". <br />
“Soy más peruano que tú, huevón”, le gritó –harto– Francisco al cambista, mientras cruzaba la calle en el Centro de Lima.<br />
“Hello, my friend. You can know the city with me and have some fun”. Francisco miró a la brichera con desidia. No sabía si reírse o mandarla a la mierda. Al final, trató de ser gentil. “Soy peruano como tú comprenderás”. La señorita de marras dio media vuelta y desapareció por el Jirón de la Unión.
A Francisco le jodía que lo vieran como extranjero en su propio país. Encima de su timidez, tenía que lidiar con el prejuicio racial y social.
“Eres gringuito, pero eres buena gente”. Otra frase que le repetían una y otra vez. Para mucha gente en el Perú ser ‘blanco’ es sinónimo de millonario, explotador, superficial, pituco, insensible, mala persona, nacido en cuna de oro, que no necesitas trabajar, que tienes la vida fácil o comprada y un largo etc. de adjetivos descalificativos.
Cada vez que conocía a una persona, Francisco sentía que tenía que rendir un examen de humanidad y humildad para demostrar que era un ser humano común y silvestre, sin ínfulas ni poses cojudas.
Es como si tuviera que lidiar con esa herencia letal dejada por los españoles y que la tiene impresa en su apellido materno y, para colmo de prejuicios, el paterno es de origen italiano. Francisco tiene muy presente que hay una herida abierta en su país, que está lleno de fragmentaciones, contradicciones y abismos.
Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-59786327725892988022011-02-02T11:45:00.000-08:002011-02-17T17:14:22.503-08:00La caminata<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLNh1cCKvw_htJctDQ4JBKmRW_9yQvzmFgtGGshnAahDlSARGCAETyS7v_eTF2-DH9q9_36a7o8a9vJ4SQj9bibsvEaG-QOlMNsWzko9hHdviDkYMyw9_ni5yhLJO5oqu0hTmHVMl3n1U/s1600/pareja2.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 266px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLNh1cCKvw_htJctDQ4JBKmRW_9yQvzmFgtGGshnAahDlSARGCAETyS7v_eTF2-DH9q9_36a7o8a9vJ4SQj9bibsvEaG-QOlMNsWzko9hHdviDkYMyw9_ni5yhLJO5oqu0hTmHVMl3n1U/s400/pareja2.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5569181044453303442" /></a><br /><br />Los cuerpos sudorosos se golpeaban sin cesar. No había tregua. Se encontraban una y otra vez al ritmo de la música. Esta especie de danza tribal servía para exorcizar los demonios internos de seres sin rostro, sin esperanza, que buscaban llenar el vacío de sus existencias y compartir fraternamente sus frustraciones.<br />El estribillo “Es normal en estos tiempos...” de la banda Dictadura de Conciencia (DDC) remecía el pequeño local de Breña mientras que el caos sónico envolvía los cuerpos en medio del frenesí del ‘pogo’.<br />Francisco estaba recostado contra una de las paredes y trataba infructuosamente de proteger a Gneis de los empujones, patadas y puñetes que los acechaban.<br />“Mejor ponte por aquí, es más seguro” le dijo tímidamente Francisco a Gneis.<br />“No te preocupes. Ya he visto conciertos subtes y sé cómo es el pogo. Me encanta observar”, le respondió Gneis muy suelta de huesos.<br />Habían ido a ver al ‘Huachón’, compañero de estudios que tocaba el bajo en DDC. La banda destilaba un hardcore furioso y rápido, que no daba descanso.<br />El concierto continuó por un par de horas. Francisco y Gneis solo atinaban a lanzarse miradas y sonrisas cómplices, mientras evitaban los golpes.<br />¿Y qué te pareció el concierto?, preguntó Francisco.<br />“Estuvo mostro. Harta energía. Espero que se repita”, le contestó entusiasmada Gneis.<br />Tras la bulla, ambos salieron a la calle y compartieron unos minutos con ‘Huachón’ y la mancha. <br />Hacía calor, Gneis propuso tomar algo, pero Francisco no tenía plata. Ella se dio cuenta y le advirtió, “por si acaso, yo invito”. <br />Caminaron un par de cuadras por Breña y encontraron un pequeño local. Ella compró una “chela” bien helada. Francisco se declaró abstemio. Entonces, Gneis pidió una gaseosa para él, pero inmediatamente el muchacho de cabello largo cambió de opinión y llenó los vasos con cerveza. <br />“Una botella nomás –recalcó Gneis-- y nos vamos al toque porque hay ley seca a partir de las 12. Mañana hay elecciones”.<br />….<br />Se conocieron casi de casualidad. Compartían algunas clases en la escuela de periodismo y algunos amigos.<br />La primera vez que Francisco vio a Gneis le llamó la atención sus largos cabellos marrones, sus vivaces ojos de tierna mirada y su prominente e inocultable ‘derrier’. De caminar coqueto y voz radiofónica, era imposible que pasara desapercibida por los corredores de la escuela. Era una mezcla de gitana y sirena, de misterio y embrujo.<br />Extrovertida, segura de sí misma, independiente, Gneis nunca se quedaba callada en clase, lo cual generó la envidia y rechazo de sus compañeros.<br />En un comienzo –al igual que sus compañeros– Francisco pensó que Gneis era un poco sobrada y encima era una de las pocas alumnas que se atrevía a intervenir en la clase del profesor de redacción. Es que aquél era el más odiado de todos, por su nivel de exigencia. Con el paso del tiempo, Francisco entendió que Gneis estaba ávida de aprender, algo poco común en el salón, donde la mayoría estaba más preocupada en meter chacota y matar el tiempo sin abrir un libro.<br />En uno de los recreos, estaban en grupo conversando en el patio de la escuela. Gneis tenía su brazo apoyado en el hombro del ‘Mitrón’, un amigo común, que conversaba alegremente con ‘Felipillo’, ‘Huachón’ y Francisco.<br />De pronto Mitrón cambio de cara. “Me meo. Tengo que ir al baño. ¿Quien se ofrece a ocupar mi lugar?”. <br />Así, lanzó la oferta en forma intempestiva: “Ya huevón, pon tú hombro”. Inmediatamente, Francisco ocupó el lugar de Mitrón pero Gneis no puso el brazo sobre su hombro. Él la miró fijamente, pero ella dudó y le preguntó si estaría cómodo.<br />“Para nada. Apóyate, nomás”, respondió Francisco, con una autoconfianza que encubría su real timidez.<br />El contacto de Gneis con su hombro provocó una pequeña descarga interna y Francisco se quedó medio petrificado durante la breve charla. Después de unos minutos, sonó la campana y todos volvieron a clase…<br />….<br />Entraron al bar y Gneis pidió una chela. La conversación fluyó como si se conocieran de años. A pesar de ser tan diferentes – Gneis: extrovertida, conversadora, cautivadora y emotiva. Francisco: introvertido, parco y frío– la química fue casi instantánea. <br />Hablaron de todo… música, política, religión, familia y un largo etcétera.<br />¿Por qué no te gusta tomar?, preguntó Gneis.<br />“Tomo cuando salgo con mis patas, pero la verdad que no le agarro el gusto. Tomo por estar con ellos, pero la verdad que ni el trago corto ni la chela me gustan”, respondió Francisco.<br />Gneis sonrió y Francisco vio en ella una ternura, un halo de vida que nunca había visto, que nunca había sentido. Quedó hechizado.<br />“Uy…son las tres de la mañana. Que rápido se ha pasado la hora. ¿Ahora cómo nos vamos?”, preguntó Gneis.<br />“Algo pasará por la Venezuela”, dijo Francisco, pero con cierta preocupación.<br />Ya en la calle, el panorama era desolador. Ni un micro, ni una combi, ni un taxi, nada de nada.<br />La interminable avenida Venezuela estaba vacía. Ni un alma, ni un perro que les ladre.<br />Gneis y Francisco se miraron de manera cómplice y empezaron a caminar. Las calles parecían interminables y el frío de la madrugada empezó a arreciar. Casi sin darse cuenta, Francisco terminó abrazando a Gneis y hubo una conexión inmediata, una energía que los protegió durante todo el camino.<br />Hacía un año que había caído el líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán. Miraflores había sido remecida por el atentado de la calle Tarata y todo Lima seguía siendo un lugar muy peligroso, sobre todo de madrugada.<br />Pero extrañamente, no aparecieron, como habitualmente lo hacían, las hordas de pirañas que pululaban por el lugar, ni ningún malandrín de medio pelo recién salido del penal de Lurigancho que siempre amenazaban con cortarte la cara, provistos de un oxidado cuchillo o un vidrio de botella rota. Ni siquiera esos perros de callejón que te atarantan pero que finalmente no te muerden.<br />Durante dos horas de caminata o más, un eterno diálogo, silencios cómplices y la ternura fueron sus únicos acompañantes. Parecía que el tiempo se había congelado y que los únicos en el mundo eran ellos. No hubo cansancio ni fastidio, sino más bien una paz y un equilibrio interior que los embargaba a cada paso, a cada minuto, a cada segundo.<br />Pese a la evidente atracción, ambos sintieron que las cosas no debían apresurarse, que debían fluir con naturalidad, como un devenir lógico de sus sentimientos. Francisco le acarició suavemente el rostro y le dio algunos besitos en la cabeza, mientras Gneis se acurrucó tiernamente entre sus brazos. Pura magia...<br />Llegaron a casa de Gneis en el cruce de Faucett con Venezuela. Se despidieron con la ilusión y la promesa de volverse a ver pronto, ya que –sin saberlo– el fin del inesperado periplo, había iniciado otro: un camino de vida de dos almas gemelas que aún continúan su andar, pero ahora por una Lima más tranquila y con más esperanza.Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-53931240670951215872010-08-18T10:40:00.000-07:002010-12-24T08:07:38.842-08:00Con los ojos abiertos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUaK5SJYJi0cD1Iz2FRxq7WBH_AnGCYdFmDA9UBMVKV111FjuVs6MLTnjvct3KkVCGoKdGO379CX8jZbI_i3_xooPATwMF8pY0ANTpXJosfXBn0o8Qc9Tdqa2mZIMQukLJOsAEsPrCeSk/s1600/ojosabiertos.jpg.JPG"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 93px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUaK5SJYJi0cD1Iz2FRxq7WBH_AnGCYdFmDA9UBMVKV111FjuVs6MLTnjvct3KkVCGoKdGO379CX8jZbI_i3_xooPATwMF8pY0ANTpXJosfXBn0o8Qc9Tdqa2mZIMQukLJOsAEsPrCeSk/s400/ojosabiertos.jpg.JPG" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5506806702639704322" /></a>Foto: Fernando Olivera<br /><br />Vivir en San Isidro y haber estudiado en el Markham no le había impedido a Francisco conocer el ‘mundo real’. La burbuja de la clase media-alta en la que nació se rompió rápidamente con el fútbol, la música, los paseos a provincia por carretera con sus padres, las idas al Callao con su viejo y los apagones y coches bomba que remecían Lima, que remecían el Perú.<br />Era el último día de clases, el último día de su infierno gris.<br />“Compañeros, el Perú no solo es San Isidro, La Molina, Camino Real…”, decía el prefecto general de la promoción durante su discurso final mientras la mayoría de sus compañeros cuchicheaban de por qué no se callaba de una buena vez ese huevón.<br />Francisco, en medio de la masa estudiantil, observaba con indignación la actitud de sus compañeros. “Es increíble la indiferencia de estos huevones frente a la realidad del país. Creen que solo ellos existen y que el mundo gira a su alrededor”.<br />Al cruzar por última vez el portón gris metálico del colegio, Francisco no pudo contenerse y gritó a voz en cuello… ¡Por fin concha de sus madres, por fiiiiiiiiiin terminó está mierrrrrrda! El chico sorprendió a todos. Por ahí, uno comentó “está loco ese huevón”, pero Francisco no se inmutó y siguió su camino con una alegría y alivio que pocas veces había sentido a sus 17 años. <br />Ya lejos del colegio y pasados algunos meses, Francisco cambió el martirio del aula por la azotea de la casa de su amigo Gino, también ubicada en Miraflores. Allí, se reunían con su pata, apodado El Orate, con quien diseñaban y redactaban un fanzine musical. Entre las entrevistas y el diseño de la publicación, llegaban los más variopintos personajes. <br />Allí, conoció al Pericote, al Transformer, al Loco, a Treinta Treinta, a Nacho y a otros más que poco a poco se fueron haciendo sus amigos y conocidos.<br />Un día de verano, Nacho llevó a una amiga a la azotea de Gino, algo poco frecuente, ya que la mayoría de visitantes eran hombres. <br />Teresa vestía recatadamente, tenía una mirada analítica, seria e intimidante. Hablaba en voz baja pero con una convicción a prueba de balas. Poco a poco, Nacho y Teresa empezaron a frecuentar más la casa de Gino. Hablaban de la injusticia y la pobreza que azotaba al país y que los jóvenes debían hacer algo al respecto, no ser tan pasivos e indiferentes con la cruel realidad que les había tocado vivir.<br />Una tarde, Teresa se acercó a Francisco y a El Orate .<br />“Muchachos, he notado que ustedes son personas sensibles y no son indiferentes a los problemas que aquejan al país. Nosotros tenemos grupos de estudio para analizar la realidad, intercambiar ideas y proponer soluciones. ¿Qué me dicen? No les gustaría unirse a nosotros”, preguntó Teresa.<br />-¿Dónde se reúnen?, preguntó Francisco.<br />-“En la universidad y también en casas de diferentes compañeros”, respondió Teresa, a quien últimamente se le había notado más nerviosa y sigilosa.<br />-¿Quiénes son nosotros?, preguntó con tono incrédulo El Orate.<br />-“Somos del Partido Comunista del Perú”, respondió Teresa.<br />De inmediato, Francisco y El Orate cruzaron miradas nerviosas.<br />-“Pero ustedes matan gente. Yo no…”, intentó responder Francisco, cuando Teresa lo interrumpió rápidamente.<br />-“Pero no todos van a la acción. Primero deben estudiar y comprender bien de lo que se trata la revolución. Después vienen las tareas de propaganda y agitación. Y si estás preparado puedes ir a la acción, pero nadie te va a obligar”, sentenció Teresa con aires de autosuficiencia.<br />-“Es más. El sábado hay un grupo que se inicia. Anímense. Solo les pido discreción y tendrían que asumir un alias”, les inquirió Teresa.<br />Tras unos minutos de tensión y silencio, ambos amigos asintieron con la cabeza.<br />-“Listo. Francisco será camarada Felipe y El Orate, camarada Víctor. ¿Les parece?”, preguntó Teresa ante la tímida mirada cómplice de ambos.<br />-“Bueno, entonces nos encontramos el sábado en el parque Reducto a las nueve de la mañana. De allí los llevo al lugar donde estudiamos”, les dijo Teresa antes de despedirse de ambos.<br />Apenas Teresa se retiró, Francisco le preguntó a El Orate: "¿Vas a ir huevón?"<br />-“Ahhhhh…”, balbuceó El Orate con la mirada fija en el piso y con su inseparable mochila verde olivo al hombro.<br />-“Uno quiere que el país cambie, que la injusticia y la explotación termine, pero enrolarse en Sendero…no me parece la solución. No estoy dispuesto a matar a nadie. No creo que el fin justifique los medios”, le dijo Francisco a su amigo, quien asintió con la cabeza.<br />-“Mejor no vamos. Que tal si la están siguiendo y nos cagan solamente por curiosos. Ni cagando nos jodemos la vida por las huevas”, dijo ‘El Orate’.<br />El sábado, Teresa esperó por gusto. Ambos no se presentaron en el parque Reducto y ella no volvió más a la azotea de Gino.<br />En las semanas siguientes cuando le preguntaban a Nacho por Teresa, este se hacía el huevón y se salía por la tangente.<br />Poco a poco, Nacho dejó de frecuentar la casa de Gino y solo aparecía fantasmalmente en algunos conciertos.<br />El último fue en Barranco. Tocaba Ellos aún viven, entre otros grupos, cuando Nacho se apareció con Teresa. Ella tenía el rostro desencajado, estaba ojerosa, daba la impresión de que no había dormido por varios días. Saludaron a Francisco y a El Orate y se sumaron a la tribu de asistentes al concierto. <br />Al rato, escucharon que Nacho le decía a Teresa en voz baja y en tono nervioso. “Ya nos cagamos Teresa. Nos vienen siguiendo”.<br />Francisco no pudo contener la curiosidad. “¿Quiénes los siguen?”, preguntó. No hubo respuesta. En un segundo, ambos desaparecieron.<br />Después de varias semanas, Transformer preguntó a Francisco: “¿Te acuerdas de Teresa?”<br />-“Sí, ¿qué le pasa?”<br />-“Cayó la semana pasada y la metieron en cana por terruca”.<br />-“Chucha. ¿Y Nacho?”<br />-“Ese huevón está desaparecido. Debe estar escondido en algún lugar. Eso le pasa por estar con la leche en la cabeza”.<br />-¿Por qué dices eso?<br />-“Porque Nacho estaba templado de Teresa pues y por eso se metió en su huevada. Más allá de que tenían ideas parecidas, lo que quería Nacho era estar con ella todo el tiempo. Fue su tonto útil, porque ella era pareja de un terruco de alto rango”, explicó ‘Transformer’.<br />-“Pobre Nacho. ¿Y ahora qué hará?, preguntó Francisco.<br />-“Por lo pronto, se cortó el pelo y ya no asiste a la universidad. Por lo menos hasta que pase la tormenta”, respondió Transformer.<br />Después de varios meses, reapareció Nacho. Su apariencia y su discurso cambiaron totalmente. Se convirtió en “alpinchista” frente a la realidad nacional y solo pensaba en chupar y tirarse a alguien. Hablaba medio entre cortado y solo atinaba a cagarse de risa de todo.<br />-¿Dónde te metiste?, le preguntó Francisco<br />-“Por ahí, por ahí…”, contestó medio nerviosón.<br />-¿Y qué fue de Teres..?, intentó preguntar Francisco.<br />-“No sé nada de esa cojuda…deja de preguntar tanta huevada y vamos a chupar huevón”, interrumpió Nacho.<br />Francisco miró a los ojos a Nacho y vio en su mirada –algo extraviada– que quería olvidarlo todo, porque la pesadilla había terminado y la vida le estaba dando una segunda oportunidad.Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-31491233285529157202010-06-23T08:28:00.000-07:002010-12-24T08:10:16.547-08:00¿Estás muerto?<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYKkGJ7kZnRAfQGu1-1wsDV99ozrNTyVlAQFDLR0h-yoHz_ZezjYkJgLgFLV_vN5vODfhCKWoOCFmXxtKOowRZUesjADt6MXQcKrcybDcv9c3caQNgfIMdzoOB0TTfbyAde1v3JrVlvVU/s1600/carpeta.bmp"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 304px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYKkGJ7kZnRAfQGu1-1wsDV99ozrNTyVlAQFDLR0h-yoHz_ZezjYkJgLgFLV_vN5vODfhCKWoOCFmXxtKOowRZUesjADt6MXQcKrcybDcv9c3caQNgfIMdzoOB0TTfbyAde1v3JrVlvVU/s400/carpeta.bmp" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5485993126932634674" /></a><br /><br />- ¿Are you dead? Preguntó el director con esa voz aguardientosa que despedía un olor nauseabundo por la mezcla de alcohol y tabaco. <br />El joven no se inmutó, ni siquiera le regaló una tímida mirada en forma de disculpa como suelen hacer muchos alumnos. <br />El silencio fue como una cachetada para el director del prestigioso colegio británico miraflorino. <br />- ¿Are you dead? Volvió a repetir Mr. Inchbeck en tono más alto, pero tampoco hubo respuesta.<br />Segundos antes, el director había cruzado todo el campo de fútbol que separaba su casa de las aulas del colegio y ante la presencia de tres alumnos, que se encontraban tomando su refrigerio en una banca, saludó como solía hacerlo: <br />- Good morning boys. Solo dos de ellos respondieron.<br />Francisco pensó que pasaría inadvertido, pero se equivocó. Felizmente, para él, lo sucedido no pasó a mayores y solo provocó la posterior burla de sus compañeros, que se tiraron al césped de la risa.<br />Cursaba el tercero de media y a estas alturas el colegio se había convertido en un suplicio, una rutina insufrible que veía interminable.<br />Apenas cruzaba ese portón gris metálico cada mañana, Francisco empezaba a contar las horas, los minutos, los segundos, para que esa bendita campana sonara y anunciara las tres de la tarde, la hora de salida.<br />Pero la historia no siempre había sido así. Primaria la disfrutó a plenitud, como cualquier niño de su edad. Alumno promedio, callado, aficionado a los deportes, que tenía compañeros con los que podía disfrutar de su compañía y compartir travesuras, jugar al fútbol, a las canicas, ir de paseo o a un cumpleaños.<br />En esa época, todos se mostraban como son, sin caretas. Todos, pese a las naturales peleas y diferencias, se aceptaban, y lo único que finalmente importaba era que podían divertirse juntos y pasarla bien.<br />El problema llegó en secundaria. Las personalidades e intereses se empezaron a definir y Francisco empezó a sentir que no encajaba allí, en ese juego social donde lo único que importa es la posición social, el dinero, el poder, la moda, la pose. Un mundo superficial al cual tenía acceso, pero que no le interesaba ni le importaba.<br />El aislamiento fue su mejor refugio. Sus amigos –sus verdaderos amigos- se redujeron a uno solo, aunque también tenía compañeros -ex amigos de infancia- con los cuales podía hablar y tener una relación civilizada. <br />Por eso, Francisco debió responder a la pregunta Mr. Inchbeck. <br />- Are you dead? <br />- Yes, of course. For you, for this college. Pero prefirió callar, creyendo que su indiferencia sería más hiriente y desafiante para la arrogancia inglesa del director.<br />Para él, no existieron las fiestas de pre y prom, ni viaje de promoción. No quería compartir ni un minuto más con mucha gente que se le tornó insoportable, al punto que en tercero de media le pidió a su padre que lo cambie de colegio.<br />- ¿Estás loco? Tú sabes el esfuerzo y sacrificio que hemos hecho tu madre y yo por ponerte en ese colegio, le replico indignado su padre.<br />- No vamos a tirar a la basura todo el dinero que hemos invertido en mandarte allí. Tienes que terminar en el Markham. <br />A Francisco solo le quedó soportar tres años a regañadientes. Tal vez por eso solo se esforzaba con pasar de año con las justas, con 11. Porque cuando quería y se esforzaba, lograba mejores notas, pero casi siempre no lo hacía. <br />Las pocas cosas que disfrutaba eran los deportes, que le hacían su calvario más llevadero. Francisco participaba en la mayoría de ellos y le importaba poco con quienes tenía que lidiar.Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-75961054917501792022010-05-27T18:07:00.000-07:002010-05-28T18:17:41.024-07:00La lluvia de caca<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvj-lKj4yS1MjFblt7GW7fhm6wKSX3O2bTPni_dZra8YDb6hqRf3GESHO0vFhPX00XZo0cw16u8knkibwLfxfkasuC5TV-SsVlHg4dnyKjaT9TFgl7KQ7EbL9FGXEdogAvAUnHmZaEezU/s1600/malambitonew.jpg"><img style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 205px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvj-lKj4yS1MjFblt7GW7fhm6wKSX3O2bTPni_dZra8YDb6hqRf3GESHO0vFhPX00XZo0cw16u8knkibwLfxfkasuC5TV-SsVlHg4dnyKjaT9TFgl7KQ7EbL9FGXEdogAvAUnHmZaEezU/s320/malambitonew.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5476127058699827842" /></a><br />Foto cortesía de Marco Gamarra Galindo<br /><br />Sábado por la noche, día de concierto. Las sucias e impredecibles calles del centro de Lima esperaban el ataque de las hordas metaleras. La cita esta vez era en esa callejuela oscura llamada Malambito. Las manchas empezaron a llegar desde todos los distritos. En una de ellas estaban Francisco, Sergio, ‘Pao’, ‘Malagracia’ y la ‘Gordis’. Habían llegado temprano y se pusieron a charlar amenamente en una de las veredas antes de que empezara la tocada.<br />Los cinco incautos no se habían percatado que los vecinos de la calle estaban hartos de la bulla y las peleas de los pelucones y que tenían una manera muy particular de ahuyentarlos de su barrio.<br />Sergio lideraba la charla mientras el resto escuchaba atentamente. En plena explicación, juashhhhhh, juashhhhhhhh, una lluvia marrón y putrefacta le cayó encima a todos. La peor parte la llevó Sergio, a quien le cayó la lluvia marrón en la cara, llenándosele la boca de mierda.<br />Fue tal su asco y vergüenza, que salió corriendo como alma que se la lleva el diablo y no paró hasta llegar a su casa en ‘Malandrina del Mal’. Bastante lejos por cierto…<br />El resto entró a una tienda donde pudo lavarse en algo la mierda echada. <br />“Yo me quito a mi casa. Huelo a mierda, ya no lo soporto”, se despidió Francisco mientras buscaba infructuosamente a Sergio en las cuadras aledañas.<br />Francisco camino presuroso unas cuadras y tomó un Enatru en la esquina de La Colmena con Tacna. A penas subió al bus amarillo, pagó su pasaje y se ubicó en la parte de atrás. La gente que estaba a su alrededor empezó a poner cara de asco y alejársele como si tuviera lepra.<br />Francisco mascullaba su bronca con la mirada fija al piso.<br />¿Por qué mierda me pasan estas cosas a mi?, decía para sí mismo.<br />El trayecto por la avenida Wilson, y posteriormente por la avenida Arequipa, se le hizo eterno.<br />Todavía no había llegado a su casa pero ya escuchaba la voz de su padre y de su madre reprochándole por qué iba a esos antros.<br />“Yo te lo dije, Francisco, esos lugares no son para ti. No sé por qué te tienes que juntar con esa gente. Bien merecido te lo tienes”, retumbaban en su cerebro las palabras que le dirían sus padres.<br />Luego del penoso viaje, Francisco bajó en el paradero de Aramburú y camino tres cuadras por la avenida Santa Cruz. Al llegar a su casa, entró presuroso y sin saludar. De frente fue al baño de servicio y se bañó con jabón, detergente y con litros de champú la cabeza.<br />Su madre lo había seguido preguntándole qué le pasaba pero sin obtener respuesta. Al oler su ropa, Rosaura se dio cuenta del hedor y llamó a su esposo.<br />“Francisco, di de una vez qué te pasó”, le increpó su padre.<br />“Naaaada papá, ya lo resolveré”, respondió con amargura Francisco.<br />“¡Ya cuenta de una vez!”, le gritó Ernesto a su hijo.<br />Francisco desembuchó toda la historia lo más rápido posible y salió envuelto en una toalla del baño.<br />“Te puede dar una infección. Tu pelo sigue oliendo a mierda, se ha podrido. Así que te lo tendré que cortar”, sentenció Ernesto, con la satisfacción en los labios de haber querido rebanar esa melena desde hace mucho tiempo.<br />Francisco no opuso la resistencia de costumbre y se sentó en un banco sintiéndose un huevón, mientras su padre le cortaba las greñas como si fuera un jardinero podando maleza. <br />Tras quedar trasquilado, Francisco se miró en el espejo y se preguntó una vez más: ¿Por qué mierda me pasan estas cosas a mí?Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-6306922087771641505.post-56539362527738185222010-05-25T16:17:00.000-07:002010-12-24T08:11:22.133-08:00‘El Sunset’C<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMIjCkbr_vxDIVm7VS8LxlJkl_op0ekXX5fR6VOiLlUw_xkQSIwd3fqdWVVUUDuIZWRhjMBWgVqkDMnmeN6aOdlDJx3zEiRXyjYIK7mTF4V71dX-24I-Xo_987kLHYhNYR8EP4f0nfZgw/s1600/elsunset.jpg"><img style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMIjCkbr_vxDIVm7VS8LxlJkl_op0ekXX5fR6VOiLlUw_xkQSIwd3fqdWVVUUDuIZWRhjMBWgVqkDMnmeN6aOdlDJx3zEiRXyjYIK7mTF4V71dX-24I-Xo_987kLHYhNYR8EP4f0nfZgw/s320/elsunset.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5475353678198512290" /></a><br /><br />Los tragos iban y venían. La brisa marina hacía que los efectos del alcohol sean más rápidos y furibundos que de costumbre. Estábamos como cualquier viernes o sábado en el Sunset de Miraflores, chupando para variar y viendo la vida pasar. <br />Era cumple de 'Coco' y todos habían tenido la “original” y “genial” idea de regalarle un trago por su onomástico.<br />La crisis del primer gobierno de Alan golpeaba fuerte y comprar chela era casi un lujo para los alicaídos bolsillos, sobre todo si todavía no trabajabas y eras un pelucón de marras. Así que todos los "invitados" que llegaban traían entre manos su Cienfuegos. La mayoría, para variar, no había comprado nada para mezclarlo –ni Tang ni cosa parecida– así que caballero nomás, purol.<br />El bendito líquido era como un pequeño infierno que transitaba con violencia de la garganta al estómago, para luego fundir el hígado. Al final, no sé cuántas botellas apilamos junto a la banca del lugar, pero fueron muchas, demasiadas. <br />La mancha de pelucones gozaba como siempre y algunos recordaban, cómo metros más allá, en el Faro, la otrora Horda Metálica había servido para conocer amigos, meterse un trago y compartir música. <br />La conversa estuvo amena hasta que decidimos irnos caminando al Parque de Miraflores en busca de no sé qué. En el camino, el ‘Chino’ y 'Coco' terminaron abrazados, en el típico yo te quiero, tu eres mi pata, el bla, bla, bla melosón de los ‘choborras’.<br />De pronto, poseídos por los diablos azules, 'Coco' y el ‘Chino’ se sumieron en un súbito ritual cavernícola y se agarraron a cabezazo limpio. No estaban peleando, ni mucho menos, sino que era una especie de reto, para demostrar quién tenía la cabeza más dura. <br />El espectáculo atrajo la mirada de todos. Cuando ya se habían metido como doscientos cabezazos y la tombería asomaba con llegar para poner orden, decidimos separarlos. La tarea no fue fácil, porque ninguno de los dos se daba tregua. A penas los separábamos, nuevamente estrellaban sus cabezas. Al borde del desmayo y de romperle el cráneo, 'Coco', haciendo honor a uno de sus tantos apelativos –'Brutes'–, logró dejar en el suelo al 'Chino' de un furibundo frentazo. <br />Con mucha dificultad, el 'Chino' logró reincorporarse, y felizmente, como buen amigo, aceptó su derrota. <br />- ¡Oe, qué xuxa tienes en la cabeza!, le dijo entre risas y dolor a Coco. <br />La mancha se cagó de risa y siguió su camino, perdiéndose en la madrugada.Franco Boggianohttp://www.blogger.com/profile/02173119158128981159noreply@blogger.com3